viernes, 29 de junio de 2012

ULTRATRAIL DE MADEIRA 2º PARTE




Me  dirijo al puesto de primeros auxilios. Me examinan la mano y me intentan volver a encajar el dedo. Parece ser  que a simple vista no hay nada roto y que puede quedarse en una luxación del dedo. La mano se me empieza a hinchar cada vez más y  tornarse un color rojizo. Me ponen un vendaje. Me siento aliviado de no haberme roto nada, el aura negativa se va transformando en positivo, me voy animando. Sigo descansando, comiendo y bebiendo. Intento sacar una barrita de la mochila, pero cualquier movimiento veo las estrellas. Me tomo un antiinflamatorio para sobrellevar el dolor. Decido que voy a seguir, e intentar acabar. No se en el tiempo que estuve parado,  en este periodo perdí la noción del tiempo.

Reanudo la marcha, subimos a una levada (especie de canales en Madeira donde recogen el  agua  que baja de la montaña y lo canalizan). Por fin  puedo correr y llevar un ritmo durante un par de kilómetros. Nos vamos encontrando senderistas.  Seguimos por la levada y empiezan  a venir túneles. Después de 2 túneles encaramos otro y delante tengo un corredor. Él saca el frontal y yo no. Me pongo detrás de él pensando que el túnel es corto y que me puede ir abriendo el  camino. Pero el túnel es muy largo, no se acaba. El corredor que va delante, se me escapa. En un intento de alcanzarle me doy con la cabeza en el techo. Me asusto, el túnel se hace mas estrecho, mas bajo, se filtra un montón de agua, se está poniendo peligroso,  resbaladizo, piensa que por ahí pasa una levada con agua y un paso en falso otra vez al suelo. Y esta vez en mojado.  Me tengo  que parar, y a oscuras  no  logro acertar  en que bolsillo había colocado el frontal. Me parece surrealista que me haya podido quedar atrapado en un  túnel. Me encuentro bloqueado. Me recorre una sensación extraña, a oscuras sin ver el final del túnel. No se si echarme a llorar o ponerme a reír. A unos 200 metros veo una luz, parece que son senderistas y decido esperarles para que me vallan abriendo camino. Sigo un buen rato con ellos, la verdad que van muy lentos  pero es lo que hay.  Por fin se ve el fin del túnel.
En el siguiente túnel ya tenia preparada el frontal, no me pasó lo de antes.


 

Ahora me preparo para afrontar la subida a Estanquinhos km 28  CP3, con 5 km de ascensión y salvaríamos unos 600 metros positivos. Nos encontramos de lleno en el Bosque de Laurisilva.  Bosques muy frondosos,  verdes y muy húmedos
.

La  primera parte de la accesión se hace por un bosque y la segunda  parte  el terreno  se despeja y subimos a través  de una especie de cortafuegos. Antes de llegar a pista divisamos un lago y nos encontramos con un grupo de senderistas. Nos empiezan animar y aplaudir. Forca. Que bien saben estos ánimos cuando vas tan jodido. Se me han puesto los pelos de punta, después del sufrimiento esto ha sido como una inyección de moral.  Me voy encontrando cómodo en la subida y voy pasando corredores.  El último tramo del cortafuego se hace duro. Paso a un corredor portugués del ultra 100, le pregunto que tal va y me dice va sin agua, la paso mi botella y le digo que el avituallamiento esta a 800metos. Por fin llegamos a Estanquinhos  punto de avituallamiento y control. Me quito la mochila para cambiarme la camiseta  porque la llevo empapada. Me cuesta un montón abrir la cremallera y cualquier movimiento es una eternidad.  Me hidrato y como una barrita.

Reanudo la marcha, ahora nos adentramos en una zona de sierra  denominada Paúl da Serra.  Con monte bajo, sin bosque y con un paisaje mas discreto.



Llegamos al punto km 33 y  encaramos un descenso vertiginoso de  4km  y que nos llevará  a Chao da Ribeira  km37 y CP4. Voy a tener que salvar más de 1100 mt -.Me ato los machos  y me tiro para abajo. Se nota que después de la caída pierdes la confianza bajando, no vas con fluidez. Volvemos a meternos en el bosque frondoso, tupido, con mucha humedad. Tardo 1 hora  aproximadamente. No me encuentro a nadie en toda la bajada y la sensación que tengo o que me he perdido o voy de los últimos. Siempre voy atento a las balizas  y  las cintas. Hasta el momento la carrera esta perfectamente marcada.
Llega a punto de control, son las  3:15 de la tarde, llevo más de 7 horas. Llamo a Montse para decirle  que voy a llegar más tarde y me espere sobre las  6:30  de la tarde.
Salgo pitando prácticamente sin descansar y me dirijo  para enfilar la subida a Fanal, tendré que salvar sobre 1000mt de desnivel en 4 kilómetros. Con diferencia la subida mas complicada.  Imagínate los desniveles. Se prevé una subida larga y con mucha pendiente, sin apenas descansos. El calor aprieta y la humedad no da tregua. Sigo subiendo la primera parte solo. Se que me queda esta subida y lo demás ya es bajada y llanear. Intento motivarme pensando en eso.  Este tipo de subida lo bueno es coger una buena cadencia y sobre todo ir regulando. Sigo comiendo pero  empiezo a tomar un gel porque el  estomago ya va tocado. Los primeros 600 mt  los afronto  bien pero a partir de aquí, la cosa cambia.  Noto los cuadriceps y gemelos  que  van muy cargados, las fuerzas flaquean y cansancio empieza a aparecer. Tengo que ir parándome.  La subida se hace interminable. Estos escalones con maderas me están matando.  Un corredor brasileño me pasa como una bala y yo doy alcance a otro. Vamos todos justitos y con el deposito en reserva. Los últimos metros se me hicieron  durísimos, sufriendo muchísimo.

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