Me dirijo
al puesto de primeros auxilios. Me examinan la mano y me intentan volver a
encajar el dedo. Parece ser que a
simple vista no hay nada roto y que puede quedarse en una luxación del dedo. La
mano se me empieza a hinchar cada vez más y
tornarse un color rojizo. Me ponen un vendaje. Me siento aliviado de no
haberme roto nada, el aura negativa se va transformando en positivo, me voy
animando. Sigo descansando, comiendo y bebiendo. Intento sacar una barrita de
la mochila, pero cualquier movimiento veo las estrellas. Me tomo un
antiinflamatorio para sobrellevar el dolor. Decido que voy a seguir, e intentar
acabar. No se en el tiempo que estuve parado,
en este periodo perdí la noción del tiempo.
Reanudo la marcha, subimos a una levada (especie de canales en Madeira
donde recogen el agua que baja de la montaña y lo canalizan). Por
fin puedo correr y llevar un ritmo
durante un par de kilómetros. Nos vamos encontrando senderistas. Seguimos por la levada y empiezan a venir túneles. Después de 2 túneles
encaramos otro y delante tengo un corredor. Él saca el frontal y yo no. Me
pongo detrás de él pensando que el túnel es corto y que me puede ir abriendo
el camino. Pero el túnel es muy largo,
no se acaba. El corredor que va delante, se me escapa. En un intento de
alcanzarle me doy con la cabeza en el techo. Me asusto, el túnel se hace mas
estrecho, mas bajo, se filtra un montón de agua, se está poniendo
peligroso, resbaladizo, piensa que por
ahí pasa una levada con agua y un paso en falso otra vez al suelo. Y esta vez en mojado. Me tengo que parar, y a oscuras no
logro acertar en que bolsillo
había colocado el frontal. Me parece surrealista que me haya podido quedar
atrapado en un túnel. Me encuentro
bloqueado. Me recorre una sensación extraña, a oscuras sin ver el final del
túnel. No se si echarme a llorar o ponerme a reír. A unos 200 metros veo una
luz, parece que son senderistas y decido esperarles para que me vallan abriendo
camino. Sigo un buen rato con ellos, la verdad que van muy lentos pero es lo que hay. Por fin se ve el fin del túnel.
En el siguiente túnel ya tenia preparada el frontal, no me pasó lo de
antes.
Ahora me preparo para afrontar la subida a
Estanquinhos km 28 CP3, con 5 km de
ascensión y salvaríamos unos 600 metros positivos. Nos encontramos de lleno en
el Bosque de Laurisilva. Bosques muy
frondosos, verdes y muy húmedos
.
La primera
parte de la accesión se hace por un bosque y la segunda parte
el terreno se despeja y subimos
a través de una especie de cortafuegos.
Antes de llegar a pista divisamos un lago y nos encontramos con un grupo de
senderistas. Nos empiezan animar y aplaudir. Forca. Que bien saben estos ánimos
cuando vas tan jodido. Se me han puesto los pelos de punta, después del
sufrimiento esto ha sido como una inyección de moral. Me voy encontrando cómodo en la subida y voy pasando
corredores. El último tramo del
cortafuego se hace duro. Paso a un corredor portugués del ultra 100, le
pregunto que tal va y me dice va sin agua, la paso mi botella y le digo que el
avituallamiento esta a 800metos. Por fin llegamos a Estanquinhos punto de avituallamiento y control. Me quito
la mochila para cambiarme la camiseta
porque la llevo empapada. Me cuesta un montón abrir la cremallera y
cualquier movimiento es una eternidad.
Me hidrato y como una barrita.
Reanudo la marcha, ahora nos adentramos en una zona
de sierra denominada Paúl da
Serra. Con monte bajo, sin bosque y con
un paisaje mas discreto.
Llegamos al punto km 33 y
encaramos un descenso vertiginoso de
4km y que nos llevará a Chao da Ribeira km37 y CP4. Voy a tener que salvar más de 1100 mt -.Me ato los
machos y me tiro para abajo. Se nota
que después de la caída pierdes la confianza bajando, no vas con fluidez.
Volvemos a meternos en el bosque frondoso, tupido, con mucha humedad. Tardo 1
hora aproximadamente. No me encuentro a
nadie en toda la bajada y la sensación que tengo o que me he perdido o voy de
los últimos. Siempre voy atento a las balizas
y las cintas. Hasta el momento
la carrera esta perfectamente marcada.
Llega a punto de control, son las
3:15 de la tarde, llevo más de 7 horas. Llamo a Montse para decirle que voy a llegar más tarde y me espere sobre
las 6:30 de la tarde.
Salgo pitando prácticamente sin descansar y me dirijo para enfilar la subida a Fanal, tendré que
salvar sobre 1000mt de desnivel en 4 kilómetros. Con diferencia la subida mas
complicada. Imagínate los desniveles.
Se prevé una subida larga y con mucha pendiente, sin apenas descansos. El calor
aprieta y la humedad no da tregua. Sigo subiendo la primera parte solo. Se que
me queda esta subida y lo demás ya es bajada y llanear. Intento motivarme
pensando en eso. Este tipo de subida lo
bueno es coger una buena cadencia y sobre todo ir regulando. Sigo comiendo pero empiezo a tomar un gel porque el estomago ya va tocado. Los primeros 600
mt los afronto bien pero a partir de aquí, la cosa
cambia. Noto los cuadriceps y
gemelos que van muy cargados, las fuerzas flaquean y cansancio empieza a
aparecer. Tengo que ir parándome. La
subida se hace interminable. Estos escalones con maderas me están matando. Un corredor brasileño me pasa como una bala
y yo doy alcance a otro. Vamos todos justitos y con el deposito en reserva. Los
últimos metros se me hicieron durísimos,
sufriendo muchísimo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario